Reducir la huella de carbono es un objetivo para empresas grandes y pequeñas, pero ¿en qué consiste realmente una carrera profesional dedicada a abordar los problemas de sostenibilidad para los clientes?

Para Mina Lee, estratega de aceleración de la sostenibilidad en Capgemini en California, se trata de trabajar en equipo, con la pasión de resolver los desafíos climáticos globales.

“En Capgemini, quienes trabajamos en el área de sostenibilidad, estamos realmente comprometidos con encontrar soluciones a estos desafíos”, afirma. “Se trata de convencer a la gente de que la sostenibilidad es importante para el planeta y para las personas, pero también de que es un problema empresarial. Para mí, la sostenibilidad forma parte de nuestro trabajo diario”.

Raphaël Vercoustre, consultor de Capgemini Invent en Bélgica, coincide en que todas las empresas deben participar activamente en su proceso de sostenibilidad.

“Este proceso puede estar impulsado por la legislación, el deseo de hacer lo correcto o la certeza de que, si no cambian, pueden sufrir riesgos financieros. También hemos observado cómo las tecnologías emergentes, como la computación en la nube y la IA generativa, pueden impactar significativamente la huella de carbono de una empresa. Comprender y prever estos efectos es fundamental para tomar decisiones informadas y con visión de futuro”, afirma.

Sin embargo, un informe reciente del Instituto de Investigación de Capgemini (CRI) destaca que muchas organizaciones aún no están haciendo un seguimiento de su creciente huella de carbono. En este ámbito, personas como Mina y Raphaël están marcando la diferencia, ayudando a sus clientes a diseñar estrategias responsables y sostenibles para toda su oferta de productos y servicios.

Experiencia en sostenibilidad y tecnología

Aunque trabajan en ámbitos similares, Raphaël y Mina tienen formación académica y especialidades diferentes.

“Estudié ciencias agrícolas e ingeniería”, cuenta Raphaël. “Luego realicé una doble maestría con especialización en bioquímica. Durante mi formación académica, exploré la sostenibilidad a través de prácticas profesionales, lo que despertó en mí un gran interés por el impacto ambiental. Unirme a Capgemini Invent me permitió aplicar esa pasión a gran escala, trabajando con clientes internacionales y ayudándoles a afrontar los complejos desafíos de la descarbonización”.

Mina comenzó su carrera en el sector tecnológico.

“Mi experiencia previa era en consultoría tecnológica y estrategia de diseño”, comenta. “Eso me ayudó a comprender cómo podemos crear productos desde una perspectiva centrada en el usuario y evaluar todo su ciclo de vida. Sin embargo, sabía que quería profundizar en la sostenibilidad en mi carrera profesional. Volví a estudiar y obtuve una Maestría en Ciencias en Gestión de la Sostenibilidad. En Capgemini, he trabajado en políticas y gobernanza, regulaciones y cumplimiento normativo, pero también quería centrarme en un rol global, analizando cómo nuestra cartera de servicios responde a las necesidades climáticas y de los clientes en todo el mercado”.

“Mi trabajo consiste en que las empresas comprendan los beneficios empresariales de la sostenibilidad y cómo esta ayuda a mitigar riesgos y a mejorar el rendimiento financiero, además de abordar los desafíos climáticos actuales. Se trata de asegurar el futuro y de lograr el éxito tanto a corto como a largo plazo.”

Raphaël también reconoce la complejidad del desafío.

“Mi función actual consiste en elaborar previsiones de emisiones de CO2 basadas en las inversiones de capital que realizan las empresas”, explica. “Traduje estas inversiones (de capital y operativas) en proyecciones de impacto de carbono. Esto nos permitió evaluar la alineación con la iniciativa Science Based Targets (SBTi) e identificar oportunidades de descarbonización. Se trata de un proceso analítico complejo que implica la colaboración entre las distintas unidades de negocio para construir una hoja de ruta estratégica que integre la sostenibilidad en la toma de decisiones y la planificación presupuestaria”.

Comprender el complejo desafío

Mina afirma que es vital que comprendamos rápidamente cómo el mayor uso de la tecnología por parte de las empresas, incluida la inteligencia artificial (IA), puede suponer un agotamiento de los recursos, como el agua y la energía.

“Dependemos de la tecnología y, por supuesto, sin ella no podríamos medir con precisión el riesgo climático, pero necesitamos aprender a mejorarla y a utilizarla mejor para reducir su impacto ambiental.”

Sin embargo, las tecnologías digitales son solo una parte del panorama, añade.

“Al analizar el impacto ambiental total, debemos considerar todos los aspectos del ecosistema de una empresa. ¿Dónde está ubicada? ¿De qué comunidades forma parte? Para nosotros, esto se trata de un pensamiento sistémico: de cómo todo se interrelaciona. Las empresas son matrices complejas y debemos considerar cada una de sus partes si queremos marcar la diferencia.


“Para comprenderlo, necesitamos realizar muchos modelos de escenarios. Por ejemplo, con las tecnologías avanzadas adecuadas, que incluyen el uso de sensores, inteligencia artificial y otras herramientas inteligentes, podemos identificar dónde las organizaciones pueden reducir el consumo de energía a lo largo de toda la cadena de valor y en todo el ecosistema en el que operan.”

Raphaël dice que ha aprendido mucho sobre los complejos desafíos a los que se enfrentan las organizaciones.

“Este proyecto me ha ayudado a crecer como consultor”, afirma. “Trabajar con equipos diversos, desde responsables de operaciones hasta directivos, requiere adaptar el discurso sobre sostenibilidad a su contexto y a su proceso de toma de decisiones. No se trata solo de compartir datos; se trata de facilitar decisiones estratégicas con la información adecuada, ya sea priorizando iniciativas específicas o alineándose con los objetivos de cero emisiones netas a largo plazo”.

“La sostenibilidad es un camino y todavía estamos al principio, pero el impulso está creciendo. Integrar la sostenibilidad en la planificación estratégica es clave para lograr un impacto a largo plazo. Con las herramientas, la gobernanza y el compromiso adecuados, podemos implementar iniciativas transformadoras que conviertan la sostenibilidad en un principio fundamental de diseño, y no solo en un requisito de cumplimiento”. Mina también comparte este optimismo: “En Capgemini, creemos firmemente en nuestra misión de sostenibilidad. Entendemos el desafío. Soy optimista porque cada día me inspiran mis compañeros de trabajo. Seguimos avanzando, integrando la sostenibilidad en todo lo que hacemos y mostrando a las empresas cómo pueden hacer lo mismo”.